Camisetas, botas y balón... recordaba García Sordo cuando por fin pudieron adquirir uno de los buenos: "Era, al fin, un balón reglamentario aquel que hizo el zapatero con cuero y que venía a sustituir a una castaña de badana que apenas se mojaba en la playa se ponía hecha un asco. En los buenos tiempos había goma, y también pinchazos, que arreglaba la madre de Marcelino de la Cuesta. Los parches costaban diez céntimos cada uno".
Entrevistado en los años cincuenta, cuando le preguntaron por aquel primer Sporting, explicó que ”era la unión de unos chiquillos dirigidos por un hombre constante y tenaz", refiriéndose a Anselmo López.
Ignacio Lavilla, primer secretario del Sporting Gijonés
Ignacio Lavilla, el primer secretario que tuvo el Sporting, testificó que, “tras funcionar durante algún tiempo el club, Anselmo López decidió formalizar la situación”, sin que pudiera asegurar la fecha de lo primero ni de lo segundo de manera concreta. No obstante, señaló que él mismo fue quien se encargó de escribir el acta fundacional de la sociedad y que lo hizo "con letra inglesa en una libreta que tenía las tapas de hule".
Asumido en cualquier caso de manera oficial el 1 de julio de 1905 como fecha de su fundación, a la polémica del cuándo se fundó el Sporting se añadió la existencia de una tarjeta del Sporting de 1911, en la que aparece la fecha de 1900 como la del inicio de la andadura de la entidad. Esta tarjeta ha sido conservada por la familia Villaverde hasta nuestros días.
De hecho, esta fecha de 1900 fue defendida públicamente por la Junta Directiva del Sporting Gijonés, con Anselmo López a la cabeza, en una declaración en la que postulaba ser el equipo más antiguo de la ciudad. Era parte de la contestación a un "reto" del entonces renacido Gijón Sport, con ambos equipos enzarzados en una abierta polémica. El fútbol gijonés comenzaba a crecer en medio de discusiones dialécticas muy propias de la época que se trasladaban de los terrenos de juego a la prensa. Se buscaba la primacía en la ciudad.
El comunicado fue publicado a la vez en los diarios El Comercio y El Noroeste el 2 de agosto de 1911. En uno de sus párrafos podía leerse textualmente: “El Sporting Gijonés, que por contar con once años de existencia es la decana de las sociedades locales de este género, recoge el reto…”.
Más bien cabe pensar que aquel supuesto Sporting Gijonés de 1900, prácticamente integrado por niños, era el embrión del que cinco años después nacería de forma oficial y que, tras atravesar todo el siglo, ha llegado hasta nuestros días.
Existen reseñas periodísticas que señalan que el fútbol había comenzado a jugarse con cierta asiduidad a finales del siglo XIX en varias ciudades de España y citan entre ellas a Gijón, aunque tampoco trascendían más concreciones al respecto. Así quedaron recogidas en anuarios costumbristas de la época.
Huelva y Villagarcía de Arousa se disputan el honor de haber albergado los primeros partidos de fútbol de los que se tiene constancia en España.
La playa de San Lorenzo y el Colegio de la Inmaculada
Se da por hecho que el fútbol arrancó en Gijón en los arenales de la playa de San Lorenzo y, de forma más reglada, en el patio del Colegio de la Inmaculada, como muestran las centenarias “Páginas Escolares”, que divulgaron, además de los partidos de los "colegiales", las normas que regían para este nuevo sport, muy poco conocidas en su rigor.
Las primeras fotografías de equipos de fútbol en la villa son de formaciones del Colegio de la Inmaculada y del Gijón Sport, que en su primera época estuvo formado en su mayoría por jóvenes de la emergente burguesía local. Su posición social les permitía costearse fotografías de estudio, así como disponer del atavío de una uniformidad más o menos homogénea, supuestamente traída del extranjero.
No es fácil datar los primeros partidos de fútbol disputados en Gijón. La imaginación nos lleva a pensar que bien pudieron ser protagonizados por marineros de buques extranjeros anclados en El Musel o en la dársenas locales, pero sin constancia que permitan aseverarlo. Al menos a comienzos del pasado siglo.
Sí están datados los disputados en el centenario colegio de los Jesuitas, en la cuesta de Ceares (al que pertenecen estas imágenes, tomadas respectivamente en el patio colegial y en el interior, denominado de la Virgen), de la misma manera que es posible aseverar el nombre de Luis Adaro Porcel como uno de los principales introductores de este deporte en Gijón, sino el principal, tanto de sus reglas de juego como de la indumentaria necesaria para disputar partidos, lo que sirvió de referencia para otros jóvenes y equipos de la época, entre los que se encontraba Anselmo López y sus jóvenes amigos del incipiente Sporting Gijonés.
Luis Adaro regresó a casa con el fútbol y una ingeniería bajo el brazo
En este albor del fútbol en Gijón se hace del todo necesario detenerse en Luis Adaro Porcel, quien completó su bachillerato y el preuniversitario en Suiza, en el colegio de Chateau Lançy.
Allí se alineó con el equipo de este centro académico, de lo que hay constatación a través de una fotografía fechada en 1898 (es el primero por la derecha de los chicos que están de pie). Se trata de la primera muestra gráfica de un gijonés formando parte de un equipo de fútbol. Merece la pena fijarse también en la indumentaria.
En Chateau Lançy, Luis Adaro Porcel coincidiría también con los gijoneses Juan y José Luis Alvargonzález, así como con otro compañero de lides académicas y deportivas en el Gijón Sport, Demetrio Castrillón.
Luis Adaro Porcel fue un extraordinario entusiasta de este nuevo deporte, en el que se ejercitó como "centro delantero" y entrenador al frente del Gijón Sport, aunque este segundo término, el de técnico, todavía tardaría años en acuñarse. Se le denominaba por entonces director deportivo (en la imagen de más abajo aparece ya con más edad, en Gijón, sosteniendo el balón).
Junto a sus compañeros de estudios, Luis Adaro Porcel aprovechaba los veranos en los que regresaba a Gijón para ejercitarse con el novedoso sport, que continuaría también practicando cuando realizó sus estudios de ingeniero mecánico en Alemania. Así es como en julio de 1901, mientras la prensa local daba cuenta de que su padre “establecía en El Musel dos cargadores de carbón”, él marcaba pautas deportivas en la ciudad de una manera ordenada. Nadie podía sospechar por entonces lo que el fútbol llegaría a ser.